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Técnica: Acrílico sobre muro, estilo fresco contemporáneo con mezcla cromática viva
Campaña: Hechos de México – Peñafiel
Tema: Lucha Libre como ícono cultural mexicano
1. Boceto inicial y cuadrícula de composición
El proceso inició con el trazado del diseño sobre el muro utilizando una cuadrícula para asegurar proporciones y encuadres precisos. La figura central —una máscara de luchador— se delineó cuidadosamente, ya que sería el corazón visual del mural. Esta etapa fue clave para establecer la narrativa visual y el equilibrio de todos los elementos.
2. Aplicación del fondo y definición de zonas de color
Se trabajó el fondo con tonos neutros para permitir que los elementos principales resaltaran con intensidad. Se bloquearon áreas clave para aplicar posteriormente los degradados y mezclas cromáticas que dan profundidad al mural. Se comenzó también a aplicar color base en el rostro del luchador principal.
3. Desarrollo de la máscara y trabajo de volumen
La máscara azul y blanca se desarrolló aplicando técnica de fresco acrílico en capas, generando texturas metálicas y sombreado suave para realzar el volumen. El dorado se utilizó como acento simbólico del poder, la gloria y el honor del luchador mexicano.
4. Integración de los luchadores secundarios y movimiento
Se incorporaron las figuras laterales con posiciones dinámicas, representando a luchadores en plena acción. Sus cuerpos naranjas con diseños tribales otorgan un contraste poderoso y evocan fuerza, tradición y resistencia. Las poses refuerzan la narrativa visual del combate y la energía de la lucha libre.
5. Incorporación del logotipo y elementos florales
El logotipo de Peñafiel se integró armoniosamente en el centro, como parte orgánica del mural. Se añadieron flores naranjas y azules, inspiradas en el arte popular mexicano, que fluyen como parte del agua de manantial representada gráficamente. Las flores funcionan como conexión entre la tradición visual mexicana y el producto homenajeado.
6. Detalles finales, retoques y sellado
Se realizaron retoques finos con pinceles delgados para reforzar contrastes, limpiar bordes y unificar sombras. Finalmente, se aplicó un sellador protector para preservar los colores y dar durabilidad al mural, dejando la obra lista para brillar como un homenaje vivo a la cultura mexicana.

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